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Steve McQueen
película
Porsche 356 speedster
Porsche 911S

Steve McQueen y su pasión por el motor

La estrella de Hollywood tenía un proyecto claro: hacer una película sobre el automovilismo. Todo comenzó en 1970. Después de hacer el papel de policía en la película "Bullitt" de 1968, Steve McQueen interpretó dos años más tarde al piloto estadounidense Michael Delaney en la épica película de Lee H. Katzin, Le Mans.

Siempre hizo lo que quiso, toda su vida. Conocido por ser rebelde e independiente, Steve McQueen fue un verdadero icono en las décadas de los 60 y 70. Sus películas de acción lo elevaron al olímpo del cine americano. Por aquel entonces fue el actor mejor pagado del mundo y, además, un hombre que nunca abandonó sus convicciones y sus pasiones.

Steve, también conocido como "King of cool", desbordaba una elegancia natural que hacía que destacase por encima de cualquier otra estrella de Hollywood. Durante toda su carrera profesional, uno de sus objetivos era dejar su huella en la historia del cine introduciendo su pasión por la carrera y por la velocidad: "Soy piloto, actor y cineasta", dijo una vez Steve antes de empezar el proyecto.

Esta pasión influyó en gran medida en sus películas: en The Great Escape, grabó las escenas de motocicleta conduciendo él mismo; y, para Bullitt, realizó acrobacias al volante de varios coches en las calles de San Francisco. Esta se convirtió en una de las secuencias de cine más famosas de todos los tiempos. Pero su mayor reto fue rodar Le Mans, un verdadero logro técnico para replicar la auténtica experiencia de los pilotos. Unas secuencias muy complicadas que la convertirían en una película de culto...

Algunos modelos de vehículos Porsche vienen a la mente del público cuando piensan en Steve McQueen. Estos son el Porsche 356 Speedster y el icónico Porsche 911S que utilizó para unirse al circuito de las 24 Horas de Le Mans al principio de la película.


Le Mans: El mayor desafío en la vida de Steve 


Con su equipo, Steve alquiló el hipódromo de Le Mans durante 3 meses y la película fue dirigida oficialmente por John Sturges, a pesar de que el verdadero manager era el propio Steve, que quería que los espectadores sintieran exactamente lo que los pilotos sentían. Nunca antes se habían filmado coches a 300 km/h en Le Mans.

En la primavera de 1970 se publicó una lista provisional de participantes en las 24 Horas de Le Mans y fue un gran anuncio. Se descubría que el actor Steve McQueen compartiría un Porsche 917 con el campeón de Fórmula 1 Jackie Stewart. 

El proyecto estaba sólo en sus primeras etapas, pero se mostraba prometedor. El 917K (K de Kurtz, que significa corto) utilizado para la película era el superdeportivo imbatible y el favorito de los participantes. El "King of Cool" ya tenía experiencia en circuito como piloto profesional y lo demostró en las 12 Horas de Sebring, donde compartió su Porsche 908 Spyder con el piloto de F1 Peter Revson. A pesar de la escayola que llevaba como resultado de una mala caída en motocicleta unas semanas antes, McQueen estuvo cerca de ganar la carrera, terminó segundo.

La estrella de Hollywood decidió involucrarse con Le Mans para hacer realidad el sueño que había estado alimentando durante varios años y que no logró llevar a cabo. Varias veces aplazado, el proyecto de Steve McQueen de hacer una película sobre la carrera de coches, este tomó forma en 1970. Tenía un marco único para las 24 Horas de Le Mans. El actor americano desempeñó el papel de su vida. Además del 917, alquiló un 908 en el que estaban fijadas tres cámaras de 35mm para filmar la carrera desde el interior. En ese momento, Porsche era sin duda el líder, por lo que no es de extrañar que Steve decidiera elegir modelos de la marca.
 

Tras las cámaras
 

A pesar de que es considerada una de las mejores películas de carreras jamás realizadas, la película perdió dinero y se estrenó con 3 meses de retraso.

Con un presupuesto de 6 millones de dólares, era el largometraje más caro de la época y Steve insistió en participar en las 24 Horas de Le Mans como conductor. Sin embargo, cuando las compañías de seguros se opusieron a su participación, las cosas empezaron a complicarse. El director John Sturges lo culpó de no haber desarrollado un plan lo suficientemente sólido y abandonó el proyecto. Sin embargo, Steve McQueen continuó persiguiendo su sueño, confiando en un nuevo director (Lee H. Katzin) y en la profesionalidad de los pilotos. Después de Le Mans, Steve McQueen no volvió a competir.

Durante el rodaje, la esposa de Steve decidió marcharse, quizás por no soportar la presión de las cosas que podían pasar allí mismo. Un amigo del matrimonio, el piloto David Piper, sufrió la amputación de una pierna a consecuencia de un accidente en el escenario donde perdió el control del vehículo. Las cosas no salieron en absoluto según lo planeado y el rodaje de la película se convirtió rápidamente en un desastre. 

La película Le Mans, estrenada en 1971, tuvo un éxito limitado. Pero, a lo largo de los años, se convirtió en una película de culto de los deportes de motor y un gran activo para la influencia de la carrera de las 24 horas y la propia ciudad de Le Mans en todo el mundo.

Desde 2016, el documental está disponible en DVD y Blu-ray bajo el título The Man & Le Mans.

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