La primera carrera de la historia del automovilismo se disputaba en París-Rouen, el 22 de julio de 1894. Fue la primera competición de carruajes sin caballos y más de cien conductores se inscribieron.
911 0300014. Tal vez con esta serie de números no te venga nada a la cabeza, pero esta numeración es especial. Tan especial que Ferry Porsche tiene algo que ver en ella.
Su vida ha estado ligada al motorsport y de una manera orgánica, a Porsche. Es uno de los mejores pilotos de la historia, algo que dejaron patentes en la FIA al incluirle como piloto destacado en su Salón de la Fama a pesar de no haber participado en ninguna carrera de Fórmula 1.
Muchas grandes historias comienzan con garabatos en una servilleta. El Escudo de Porsche, por ejemplo, comenzó como un boceto que Ferry Porsche dibujó sobre una de ellas, lo primero que tenía a mano en ese momento.
El lugar donde nacen los sueños. Así podría definirse de una forma bucólica el Centro de Desarrollo de Weissach en el que Porsche insufla vida a todos sus vehículos.
Son más de una veintena los motores bóxer que han formado parte de la historia viva de Porsche en su 911. Lo que hace de este deportivo lo que es, no es solo su pulcra y cuidada apariencia, la elegancia de sus líneas o su cuidada fisonomía, sino lo que esconde bajo el capó.