Septiembre de 1973. Habían pasado 10 años desde que Ferdinand Porsche diseñó y presentó en el Salón de Frankfurt el primer 911. Una década más tarde llegaba una de las generaciones más longevas, la segunda. La gran serie G llegó para quedarse.
Porsche 911
Aunque Rayo McQueen era el protagonista de la película de animación Cars, de Pixar, hay un personaje sin el que el ambicioso deportivo no hubiera podido perseguir su sueño de ganar la Copa Pistón. Sally Carrera, un Porsche 911 de color azul, se convertía en la compañera perfecta de McQueen.
Ferry Porsche ya lo sabía, “el mayor logro es crear algo atemporal, algo que permanezca intacto ante el inevitable paso del tiempo”. Una de las mejores cualidades de un Porsche es que pasen los años que pasen, seguirá siendo un Porsche. No importa el tiempo. Permanece y se intensifica su valor.
Hay coches que son mucho más que un coche. Algunos tienen la suerte de ser historia por ganar carreras, o de formar parte de la vida de alguien con su propia historia. Otros vivirán siempre para ser recordados y unos pocos son tan importantes como lo es este 911 Turbo RS único.