Hablar del Porsche 718 es evocar uno de los capítulos más intensos de la historia deportiva de Zuffenhausen. Heredero directo del 550 Spyder, el 718 nació a finales de los años cincuenta como evolución de aquel pionero, con mejoras en carrocería, suspensión, frenos y motor.
Donde la personalización alcanza niveles de autoría absoluta, cada elemento adquiere valor propio. Y el cronógrafo no es una excepción. No se trata de un accesorio ni de un añadido: es una pieza diseñada a medida para acompañar a un Porsche único, desde el mismo lenguaje estético y técnico.
El universo Sonderwunsch continúa sumando capítulos donde el diseño personalizado se convierte en una forma de identidad. Más allá de la exclusividad, cada creación refleja una historia, una cultura o un lugar.
Cada creación Sonderwunsch es un reflejo del carácter de quien la encarga, del lugar que la inspira o del hito que celebra. Porsche ha presentado recientemente dos nuevas ediciones especiales que encarnan ese espíritu de personalización con sello de autor.
El negro siempre ha sido sinónimo de elegancia en cuanto a estilo se refiere. En moda, diseño y automoción, representa la sobriedad más elegante, la pureza de líneas y el carácter más rotundo.
Porsche no necesita artificios para formar parte de este universo. Sus deportivos refrigerados por aire llevan décadas conquistando carreteras y corazones con una estética que nace de la función y se convierte en forma.